Cuando apenas empezaba el merengue de combo su apogeo, estando en el mercado Johnny Ventura, entre otras agrupaciones, sale un grupo con una formación totalmente diferente y unos colores musicales únicos. A la cabeza estaba Félix del Rosario, un músico nativo de San Francisco de Macorís, quien emigró muy joven a la capital ingresando a la Banda de la Marina de Guerra, donde llegó a alcanzar el grado de oficial de la institución.
Desde muy temprano mostró inclinación por la música de intérpretes de jazz, y más tarde por el bossa nova, géneros con gran porcentaje de improvisación, que le cautivó desde sus primeros años de estudio.
En el 1953 adquiere notoriedad con la Orquesta de Antonio Morel y hace el arreglo de la canción americana “Skokian”, muy famosa por esos años, convirtiéndola en merengue.
Ese mismo año deja la orquesta de Morel y busca nuevos horizontes, trabajando con Amado Vásquez, Agustín Mercier (pianista cubano) y Rafael Solano.
Más tarde formó un grupo que tocaba en el restaurante Europa, frente al parque Independencia, de ahí nace la historia de Los Magos del Ritmo en el año 1964. Entre sus músicos estaban, Antonio Peña, Papito Bazán, Quico Marcano y Manuel Perdomo.
Félix del Rosario y Los Magos del Ritmo, junto a Frank Cruzy el Negrito Macabí, dan inicio a una etapa de gran calidad y mucha popularidad por espacio de unos veinte años.
Si bien sus trabajos no tuvieron el éxito de su principal competidor, Johnny Ventura, su música ha sido bien aceptada y ha permanecido en el gusto popular a través del tiempo.
Muchos de sus merengues se han convertido en temas del repertorio popular dominicano, obligados a la hora de hacer una selección de temas nuestros, como es el caso de “Papá Bocó”, original de Manuel Sánchez Acosta; “Víctor y Memelo”, “Mal Pelao”; “Vista Clara” y “Carmen”, una guaracha mezclada con latin jazz, ya que en aquellos años no se conocía el vocablo salsa aplicado al género musical.
No menos emblemáticos son sus boleros en la voz de Frank Cruz, entre ellos “Otro fin de semana”, todos con una calidad musical incuestionable.
También fue el pionero en salir como figura de un grupo siendo únicamente músico, totalmente inusual en nuestro medio. Después de muchos años sólo Luis Ovalle crea un grupo con esas mismas características.
Lo que hizo a Félix ser más grande que cualquier figura fue su gran humildad y sus cualidades humanas.
No le importaba qué tan pegado estuviera en los medios artísticos para dedicar un momento a algún músico joven que se le acercara en busca de consejo.
Su humildad, siendo un consagrado músico, le permitió ingresar al Conservatorio Nacional de Música para obtener su diploma de esa institución. Un músico con gran influencia jazzística en su forma de arreglar y tocar sus instrumentos.
Músico amante de la improvisación, lo cual manifestaba en muchísimas ocasiones, creando temas donde se destacara como solista.
Al escuchar sus grabaciones hoy día, se siente su calidad musical. Su profesionalismo ha sido su sello principal.
Félix es ejemplo de tenacidad, dedicación, constancia, perseverancia y dignidad, características que mantuvo hasta el momento de su retiro del escenario artístico.
Un músico que rompió esquemas
“Fue mi inspiración en mis años de juventud, donde necesitaba seguir a un ídolo. Tuve el privilegio de sustituir al ‘Manso’ Manolo en algunas ocasiones.
Fue responsable directo de llevarme por el camino de la improvisación. Félix del Rosario rompió los esquemas en cuanto a la conformación musical de los grupos, los cuales consistían en dos saxos, dos trompetas y un trombón.
La formación de Los Magos del Ritmo fue de sólo dos saxos, combinando la destreza de ‘El Manso’, quien tocaba el saxofón alto y el barítono, y el maestro Félix del Rosario, quien tocaba la flauta, el vibráfono y su instrumento principal, el saxo tenor”, rememora el también saxofonista Juan Colón.
Fuente: El Caribe
Saludos. Si pudieran reparar el primer album de esta seleccion de felix seria de gran ayuda. Gracias!
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